Este cuento lo escribí, hace algunos ayeres, inspirandome en las viejas narraciones de un programa radiofónico muy famoso, en el que la magia de la narracíon oral era grandiosa cuando las personas mayores contaban sus experiencias paranormales o sus encuentros cercanos del cuarto tipo; pues este cuento nació de un relato que me gustó mucho, tal vez muchos piensen que es plagio pero la verdad es que muchos de los acontecimientos que sucende en esta historia, suceden en cualquier escuela y sobre todo de noche. Creo que esos lugares estan muy cargados de muchas energias de mucho tipo... Pero bueno dejaré ese tema para después y disfruten de esta rica adaptación escrita de un relato oral contado por un anónimo (más bien no recuerdo su nombre) narrador extraordinario, que además es poblano.
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Espero que les guste.
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LLANTOS.
por Eduardo Paz.
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La luz de la linterna recorría el pasillo de la escuela, iluminaba las puertas de los salones oscuros y vacíos de gente. Miró su reloj, pasaban más de la una de la mañana. Al observar que nada ocurría se dispuso a regresar al cuarto donde tenía funcionando la televisión. Llegó hasta la puerta y cuando se iba a meter para terminar de ver su película, oyó el llanto de un bebé, pero no le dio importancia pues creyó que ese lamento era el de un gato en celo, y se metió al cuarto.
Cuando el momento del clímax sexual del velador y de la pareja en la película estaba por llegar, fue interrumpido por el mismo lamento que era más intenso y entrecortado. Le puso pausa a su vediocassetera, se levantó los pantalones y se abrigó con la chamarra, tomó su arma junto con su linterna, y salió para ver de donde procedía dicho grito. Primero registró los cuartos de la planta baja y los que estaban alrededor.
Cuanto más se acercaba a aquel ruido el sollozo infantil se apagaba, pero no le dio importancia y siguió investigando por las canchas del patio y las áreas verdes. Incluso se atrevió a ir al árbol que se encontraba en los lejanos muros de la escuela, del cual se contaban cosas de aparecidos y demonios. Pero en esta ocasión no se le apareció nada, y nuevamente se produjo el llanto.
Una vez peinada la parte baja; fue a la escalera que conducía a los salones de arriba y al sótano donde se guardaban los instrumentos de la banda de guerra. Subió con un poco de temor y a la vez se cuestionaba mentalmente el porqué de esta sensación; al llegar al estrecho pasillo sintió un escalofrío que le recorría en todo el cuerpo. Caminaba despacio y la blanquizca luz de la linterna la sumergía en las aulas, para ver si había algo o alguien adentro. El llanto se oía más fuerte a medida que se acercaba a los últimos aposentos estudiantiles, y el velador observaba por las ventanas de la penúltima aula, repentinamente escuchó que los sollozos provenían de allí; abrió el salón y trato de iluminar el lugar exacto pero las butacas se lo impedían. Fue fila por fila hasta dar con un pequeño bulto de cobijas; notó que se movía y gritaba ahogadamente. Un sudor frío recorría la frente del despabilado; se envalentonó y se fue acercando lentamente. Se inclinó y con la ayuda de su arma y linterna descubrió el tierno rostro de un recién nacido.
El velador se compadeció de éste y lo trato de calmar. Cuando la criatura calmó sus lloriqueos, el velador con la ternura en su cara, quiso contemplar de cerca el dulce rostro del bebé. Al despejar las cobijas de su pequeña cabeza. El velador vio con horror y espanto una diabólica mueca sonriente en la cara del recién nacido y como sus ojos se deshacían en sangre; de su babeante boca relucía un ominoso colmillo. El individuo tiró al piso a semejante abominación y con el arma le disparaba pero sin lograr detener el rápido gateo del espantoso ser. De pronto el arma se quedó sin balas. El velador desesperado corrió hacia la puerta pero esta se cerró súbitamente. El monstruo se lanzó directamente a la cabeza del vigilante... sólo los perros respondían con aullidos los desgarrados gritos de auxilio.
A la mañana siguiente los alumnos acostumbrados a llegar temprano se vieron truncados por la puerta cerrada de la escuela. Pasaron varios minutos, ya los demás niños estaban presentes; como nadie abría la reja tuvieron que esperar la llegada del director. Este vino en su coche, se bajó y pasó abriéndose camino para abrir el portón enrejado, sacó sus llaves; y los colegiales corrieron con entusiasmo a sus salones correspondientes: los que se dirigían hacia la planta alta se detuvieron por el insoportable hedor que invadía todo el pasillo, después de haber subido las escaleras, incluso hacían bromas con ello. Los niños emprendieron nuevamente su carrera hacia las aulas tapándose las narices. Un grupo de infantes iba llegando a la puerta del penúltimo salón, la empujaron; algunos entraron. Sus rostros de alegría cambiaron drásticamente por de espanto y repugnancia. Todos aquellos salieron gritando mientras corrían.
ya estas patrocinado en mi flog :)
ResponderEliminarespero que eso ayude a las visitas :)
mañana que tenga chow en la radio tambien les digo :)
pa que veas que si te hago favores
jajajaja
Hola lalo.
ResponderEliminarAunque ya no te veo mucho me alegra que todavia te acuerdes de mi.
Esta muy bien todo en tu blog.
suerte!!!
Escribes muy bien.
atte.CCF
holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...don LALO...jejeje
ResponderEliminarte soy sincera no leí todo ...pero ps como dices que se acepta de todo jejeje...el diseño esta bien chido ....sólo que al principio la imagen de la chava hace que se pierdan las letras ...pero se ve muy bien la imagen....
sale pues deja checo todo y ya te comento en general valeeeeeeeeeee¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
cuidate...
y si ..por los chismes del collhi...
atte
sammmmm
(nota: dice anónimo...perooooooooo noo...es que no me quedo de otra XD)
ke hay laliux, está bien la narración, aunque encuentro algunas trabas en la redacción, la idea es buena y me hubiese gustao más ke la acción no terminase tan pronto.
ResponderEliminarMe he dado cuenta, por lo menos en este cuento, que ya casi no utilizas símbolos definidos, o referencias reales, recuerdas tus cuentos donde los personajes eran compañeros del collhi, que no digo nombres pero sabemos ke en el martirio de los metales había alguien., bueno, pues eso me hubiese gustao también, pero eso es decisión tuya, bueno,kreo ke todo, jeje,
bien hecho laliux
Emilho Cabanhas